Durante la persecución y prohibición de la Francmasonería a por el régimen nazi de Hitler, los masones continuaron reuniéndose en secreto. La escuadra y el compás no era un buen símbolo a usar en aquel entonces, así que, para poder reconocerse entre ellos, la pequeña flor azul «No me Olvides» (Blue Forget Me Not) fue elegida como emblema masónico y símbolo de reconocimiento.
En 1948, en la Primera Convención Anual de las Grandes Logias Unidas de Alemania, el pin fue adoptado como emblema masónico oficial para honrar a los valientes Hermanos que habían estado realizando sus Trabajos bajo las más adversas condiciones. Así fue que una pequeña e insignificante florecilla azul se convirtió en un significativo emblema de la Orden.