El Pase Bajo Venda lo define el Gran Oriente de Francia como la presentación solemne del candidato a la logia reunida. Por razones de discreción, pero también como aplicación del “método masónico”, se organiza el encuentro de forma particular. Se introduce al candidato en la logia con los ojos vendados y es así como responde a las preguntas que se le hagan. Acabado este diálogo, la logia vota sobre su admisión. El voto es positivo si recoge más de tres partes de los sufragios, cosa que ocurre en la gran mayoría de casos. El candidato puede declinar responder a las preguntas que considere, del mismo modo que puede decidir abandonar el proceso de ingreso en cualquier momento, ya que la pertenencia a la masonería es una decisión totalmente personal y que depende únicamente de la voluntad del postulante.
El Pase Bajo Venda forma parte de los usos y costumbres de la Logia Obradoiro, si bien dentro de la Gran Logia Simbólica Española se regula como una práctica facultativa de las Logias. Nuestra logia la ha adoptado como parte del proceso de iniciación por su gran carga emocional y simbólica.
Un masón realmente ve cuando está vendado
Ciertamente, un masón ve cuando está vendado. El papel que juega la venda privándonos de la vista, tanto en el Pase Bajo Venda como en la Iniciación, es crucial. Nos permite ver con el resto de los sentidos, con la mente, nos sustrae de toda distracción para concentrarnos en la experiencia que estamos viviendo y nos confina en la soledad íntima y esclarecedora de nuestra propia consciencia. Se trata de un mecanismo más a través del cual desnudamos nuestra alma ante quienes, por alguna razón u otra, hemos decido depositar nuestra confianza.
Pero también desde el punto de vista de la Logia, esta ceremonia cumple unos objetivos similares a los de las aplomaciones: verificar, por última vez, que el aspirante es, en efecto, una persona libre y de buenas costumbres. Las aplomaciones las suelen llevar a cabo tres Maestros, que realizan sendas entrevistas personales con el postulante, dando cuenta posteriormente a la asamblea sobre sus resultados. El resto de los masones de la logia cuentan con los veredictos de los aplomadores para formarse una idea sobre el candidato y realizar en base a ello un acto de gran trascendencia: votar a favor o en contra de su ingreso en la Francmasonería.
El Pase Bajo Venda pretende ser un complemento de información a disposición de toda la asamblea para que ésta pueda hacerle las últimas preguntas al profano y obtener respuestas de primera mano. Sin perder de vista que las preguntas deben estar encaminadas a conocer más profundamente las convicciones filosóficas y vitales del postulante, todas aquellas cuestiones que pueda contribuir a esclarecer si se trata de una persona libre, en el sentido filosófico del término, esto es, que no se trate de una persona fanática o esclava de sus ideas, y que sea capaz de pensar por sí mismo y pensarse a sí mismo, y de buenas costumbres, esto es, que ponga en práctica esa libertad en sus actos para con los demás y con la sociedad, que sea consecuente con lo que dice y con lo que hace.
El profano que se acerca a la masonería, atraviesa toda una serie de pruebas que no persiguen tanto examinarlo como servir de instrumento de autoevaluación y de reflexión para uno mismo. La masonería es el gremio de los que se construyen a sí mismos, y esa enseñanza la transmite la Orden incluso antes de incorporar nuevos miembros a sus Columnas.